viernes, 29 de enero de 2016

The sound of silence

Me he abandonado al silencio
de una boca en llamas,
y no encuentro más que ruidos
de una mente ardiendo.
Las paredes musitando
un idioma perfectamente
inteligible
en el que el blanco
de la superficie
inunda toda la estancia.
Las telarañas del techo
gritando a voz pelada
lo que desde adentro crece
y sus redes empapa.
El lamento borreguil
del que habla en voz alta
para callar al resto,
y pierde en el intento
contra su propio eco.
El aleteo de la memoria
volando en círculos
concéntricos a mi persona.
El estremecerse de los sentidos
cuando la voz del pueblo aflora.
La pena latente
de un mapa perdido.
Los ácaros de la consciencia.
El gusanillo de la impaciencia.
El viento,
         el mar,
               el árbol del jardín
                           cumpliendo siglos.

Me he abandonado a la quietud del sonido,
y en su lenguaje de prisión ensordecedora
              me suena a todo
menos a silencio.

2 comentarios:

  1. A veces, releyendo, me encuentro tales joyas que me da pena que estén estas maravillas sin ningún comentario.
    Tiene el ritmo exacto para relajarse una noche de insomnio y dejarse respirar por el sonido de los versos.
    ¡Es perfecto este texto!

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    Respuestas
    1. Ciertamente había olvidado este texto, aunque ahora que lo releo recuerdo el momento exacto en el que lo escribí (lo cuál es bastante raro).
      ¡Gracias!

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