lunes, 22 de diciembre de 2014

Guerra fría

El segundo bombardeo de la ciudad
llegó con los albores de la navidad.

Un segundo retumbar de cielo
cargado de verdades
y mentiras de altos vuelos.

Los escaparates cargados de luz,
de esperanza ilusoria,
nos embelesaron la mirada
y ocultaron la derrota.

No hubo fuego ni lucha,
es cierto,
y la calma tras la tempestad
no se pareció en nada
a la guerra que acaba en paz.

Ahora,
con el frío de los vientos
y el calor adentro,
nos recuerda el invierno
que nada
está del todo destruido.

Nos recuerda
que todo,
aún,
se puede destruir más.

2 comentarios:

  1. ¿Y qué hicieron más daño, las cargas de verdad o de mentira?

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    1. Cualquier verdad que duela jamás será superada en sufrimiento por una mentira.

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