jueves, 2 de octubre de 2014

Mirrors

En la sala de espejos
nada es real.

Las miradas se cruzan,
líneas divisorias
entre facciones demacradas.

Duplicadas las manos
tocan lo inexistente,
el reflejo de lo que son,
en un intento por encontrar
la verdad que las verifique.

En la sala de espejos,
todo es irreal.

Los labios se pronuncian
versos interminables
sobre la dualidad
onda corpúsculo
que los hace reflejar.

El torso hirsuto
se repugna de sí mismo
en un alarde de humildad
no condescendiente.

En la sala de espejos
no te ves a ti mismo.

Los pies,
los brazos,
las orejas,
la nariz.

Todo es tan imperfecto
que es inútil
el vago intento
de duplicar virtudes
doblando la realidad.

En la sala de espejos,
sólo ves tu reflejo,
acaso el que quieres ver,
nunca el que realmente es.

En la sala de espejos,
nada es real.

1 comentario:

  1. En cualquier espejo vemos lo que queremos ver.
    El poder de la mente.
    El poder del engaño para con nosotros mismos.

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