miércoles, 19 de febrero de 2014

Nueva toma de contacto
con la tierra:
Al pensar, sigo mintiendo.

domingo, 16 de febrero de 2014

Pedir que te dediquen un libro
dibujando las letras a lápiz,
pero aprieta fuerte, por favor.
 Que, si algún día me toques los huevos,
o sea yo el que te los toque a ti,
pueda borrar tus trazos,
pero persista tu memoria ahí,
en relieve sobre el papel.

jueves, 13 de febrero de 2014

Yo de todo te doy

Somos tú
y yo.
Palíndromo literario.

Sé verle del revés
con sentido directo,
proporcionalidad indirecta
al conocimiento.

Que ya se sabe:
Adán no calla con nada
Se lame males,
mientras
solapado da palos
a su musa.

Somos yo,
y tú.
Y un burro por delante.

Un huracan de sentidos.
Un tifón por sentir.
Un tornado de segundas.
Un vendaval por repetir.

Como un pack de cervezas en oferta, 
somos.
Por separado, valemos un huevo
pero juntos mucho mejor.

Reconocer que seres,
como nosotros somos,
ellos
no son.

martes, 11 de febrero de 2014

cob|doc

Nacidos del mismo útero
el mismo día
comparten,
como si de una sola persona tratase,
dolores y duelos
sonrisas y cueros.

Separados del mismo útero
el mismo día
sufren,
como si de la misma persona tratase,
a dos padres
y dos madres,
que no son suyos.

Son dos hechos de uno.
O tal vez uno hecho de los dos.

Son el uno sin el otro,
pero siempre el uno
según el otro.

Tienen, tal vez,
el mismo nombre.
Y los mismos ojos,
los de su madre.

Pero dos. Son dos,
y uno se sienten
por sí mismos.

Ilusos.

Dos. Son dos,
cuando mienten
a sí mismos.

Intrusos.

Y uno, son uno,
si los hieren.

Confusos.

Ya desde chico doc se extrañó:
Joder,
estaba dormido,
cómo ha podido amanecer
divido en tres partes
el puto peroné.

cob solía hostiarse durante el día,
por ello no entendía
que todo moratón
hiciera aparición
tras el anochecer
y no cuando ocurría.

cob y doc,
doc y cob.
No sabían que eran lo mismo,
pero no.
No sabían que sufrían lo mismo,
sin dolor.

Dos caras de la misma moneda.
Dos colores de un único pincel.
Dos miradas en la misma dirección
sentido contrario.

Y no se veían.

Un día coincidieron,
como ante un espejo
entre escaparates se cruzaron.

Y se observaron:

- ¿Es ese de ahí mi fantasma?
- ¿Es ese de ahí mi sombra?

cob y doc,
doc y cob.
No sabían que eran el mismo,
pero no.
Y ese día descubrieron que
juntos,
y sin miramientos,
se destrozarían a mentiras.

Dentelladas de negación.
La humildad por los suelos,
golpes de falsa modestia
y el orgullo por la espalda,
a traición.

cob y doc,
doc y cob.
No sabían que eran el mismo,
pero no.
Y ese día descubrieron que lo eran.

Y ese día descubrieron
que dejarían de serlo.