domingo, 19 de enero de 2014

Seco

Estoy seco.

No es la primera,
ni será la última
vez
que estoy seco.

No debiera sorprenderme,
ni preocuparme,
pues en este descanso
solía solventarme.
Pero estoy seco.

Y lo hago,
y esta vez es la tercera,
o, no sé, quizás la cuarta,
y me preocupo,
y me sorprendo.

Porque estoy seco.

He recorrido kilómetros
cogido de mi propia mano,
llevándome y dejándome llevar por la misma persona,
yo mismo,
bajo árboles, nubes y nubarrones.
Y estoy seco.

Me ha llovido,
me ha tronado,
y me he mojado.
Y aún así estoy seco.

Y peco, y me encierro
bajo llave
de este cuerpo, que entierro
como clave
de Sol
de Fa,
de Mi,
de ti.

Pero no me encuentro,
mas que seco.

Das igual, doy para más
que para dar, o recibir,
las letras éstas que ves.

O, quizás, eso quiera creer.

Porque estoy seco.
Y no sé
si esta vez,
lo dejaré de estar jamás.