lunes, 29 de diciembre de 2014

Nochevieja

Tán.

Entra el primer verso
lúcido beso
de amantes traviesos.

Tán.

Sonríen los ojos
al ton y son
de nuestra ilusión.

Tán.

Una embestida brutal
de amor y sangre
de pasión carnal.

Tán.

Se frunce mi ceño
buscando tus labios
para un cuarto beso.

Tán.

Empieza a sudar
tu cuerpo sobre el mío
mi nuca en el respaldar.

Tán.

Vamos apenas por la mitad,
y te he escuchado ya
empezar a gritar.

Tán.

Un mordisco latente
la impaciencia en tus ojos
y ya vamos por siete.

Tán.

Los movimientos certeros
de abrazo fuerte y
uñas agarrando cabello.

Tán.

Otro aullido en la noche,
la de los santos finales,
restalla en el coche.

Tán.

No queda hueco ni lugar
en tu cuerpo y en el mío
que no hayamos mordido ya.

Tán.

Entrecortada la respiración,
lanzando gemidos al cielo
extasiados los dos.

Tán.

Han tocado las doce,
y la gente salta de alegría,
mientras nosotros disfrutamos del goce.

"Feliz año. Tenías razón,
no hacían falta uvas
para empezar el año mejor. "

lunes, 22 de diciembre de 2014

Guerra fría

El segundo bombardeo de la ciudad
llegó con los albores de la navidad.

Un segundo retumbar de cielo
cargado de verdades
y mentiras de altos vuelos.

Los escaparates cargados de luz,
de esperanza ilusoria,
nos embelesaron la mirada
y ocultaron la derrota.

No hubo fuego ni lucha,
es cierto,
y la calma tras la tempestad
no se pareció en nada
a la guerra que acaba en paz.

Ahora,
con el frío de los vientos
y el calor adentro,
nos recuerda el invierno
que nada
está del todo destruido.

Nos recuerda
que todo,
aún,
se puede destruir más.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Frío

Ha llegado un rayo de sol a mi cara
y ha sonreído con la debilidad
del que muere por una causa justa.

Se ha dado una vuelta por los labios agrietados
iluminando por un instante
el bocado que los nervios me dieron el martes.

Ha subido después a la nariz,
enrojecido icono del invierno latente,
para hacer escala antes de llegar más arriba.

Pero no.

No ha llegado a los ojos.
No lo he visto expirar su última luz.

Ni bizqueando la mirada
he logrado visualizar su caída
en mi puente nasal.

Frío.

Venía él trayéndome calor,
un respiro al gélido viento de las calles blancas,
un descanso al chaquetón,
mas sólo consiguió un escalofrío en mi espalda.

Frío.

En las ventanas empañadas por dentro,
en los cuerpos de tela recubiertos,
en el morado azulado de mis dedos.

Todo tan ventisca
y yo tan infierno apagado.

Frío y más frío.

Un rayo de sol vino a mi cara
sin saber que llegaba por dentro
y no por fuera.

Un rayo de sol tardío
que en un diciembre de aviones plateados
busca el alma del que solo vuela
y solo encuentra nubes y vientos
de un amanecer ya escarchado.

Pobre lágrima de esperanza desechada,
que en lo oscuro de mi interior muere
cual suspiro de vaho
que al exterior exhalo.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Objetivos subjetivos

Escribí un día cualquiera que no recuerdo
una frase grandilocuente de falso contenido:
la objetividad convenciendo a la subjetividad.

Mantuve charlas de sobremesa y entrecervezas,
debates sobre el arte y el tiempo
por las calles de Edimburgo,
sobre su existencia o no, por efímera que sea;
discusiones conmigo mismo incluso.

Todo eso, y no era capaz de verlo claro,
la objetividad convenciendo a la subjetividad...
no, algo no cuadra,
maldita frase grandilocuente de ambiguas formas,
maldito significado esquivo.

Hasta que apareció,
fulminante rayo de inminente inspiración,
gritándome que no,
que me equivocaba.

Jamás lo objetivo convencerá a lo subjetivo, estúpido
el conocimiento tal vez, no te lo niego,
mas no lo subjetivo será jamás convencido,
sino convincente.
Escucha:
La subjetividad convenciendo a la objetividad.
Dándole razones,
explicaciones
para ser y existir a su antojo.


Eso es, así sí.
Dime si no, cómo puede justificarse una ley que nos reprima,
una ley que nos calle y nos asfixie,
una ley que nos postre de nuevo bajo el yugo del poder,
dime si no, cómo puede justificarse, en definitiva, una ley mordaza.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Ven, acompáñame.

Partamos desde la idea de que nada es infinito. Lleguemos al más allá con ese mantra como escudo ante recursos irrefutables. Atravesemos a los pusilánimes de la verdad. Follémonos a la relatividad de sus gestos adustos. Al absolutismo de sus miradas. 

Démosle a lo abstracto la oportunidad de emocionarnos. Que una cara cuatro-ojos dos-narices nos diga cuáles son los cánones de belleza a superar, cuáles los de fealdad a seguir, y hagámosle caso pese a lo contradictorio de seguir algo que te aleja del propio canon en sí. Ya seguiremos después por donde nos salga de los abrazos.

Luchemos contra viento y marea, contra Perséfone y Caronte. Que nos abandonen al más profundo recodo del río Aqueronte cuando nos sobrecoga el frío de nuestras caricias. Ahoguemos nuestras alegrías en cerveza, que no salgan de ahí. Emborrachémonos con el fervor de un niño ante una nueva atracción, y lancémonos de cabeza al oleaje de inspiración de una playa en invierno. 

Matemos al tiempo sólo por no matarnos nosotros a besos y, aún así, destrocémonos los labios a golpe de ombligo, clavícula y pezón, de espalda y bajovientre. Resucitemos cada mañana, cada tarde y noche, cada lo que sea, entre sábanas sudadas y colchones desvencijados. Culpemos al gato del ruido. Al viento de los golpes. Al televisor del murmullo de nuestras sonrisas. Culpemos al amor de la poesía, y viceversa. Hagámoslo otra vez enfrente de la policía. Terminemos en ese cuchitril llamado ascensor, con ese sube y baja tan representativo de nuestro convivir, y salgamos escupiendo estrofas de Salinas a la calle. Llamemos a los telefonillos de toda la ciudad, contestemos con la contraseña abrepuertas infalible "¡Abre, soy yo!", y estampemos una tarta en sus caras por cada puerta abierta.

Dejémonos acompañar por perros y gatos, por pájaros con gastroenteritis cerebral. Paseemos por el centro del boulevard y escuchemos el agrio sonido de los coches al pitar. Cojámonos la mano sólo para apartarnos del camino de los transeúntes alienados, de los bebés agasajados y los viejos sabios sobrevalorados. Pisemos una losa sí, y dos no. Cambiemos las reglas del juego en cada esquina, y tropecemos con nuestros propios sueños al cruzar. 

Tropieza conmigo y bésame. Vuélame los sesos en tu sonreír. Hazme de nuevo volar el cielo entre eléctricas explosiones de este tormentón de verano. Volemos juntos la ciudad, y sobrevivamos al clímax de nuestro efímero ser y estar.

Partamos de la idea de que nada es infinito el in y quedémonos con lo finito: nuestra vida. Vivámosla como nos salga de los versos.

Ven, acompáñame.

martes, 25 de noviembre de 2014

Un minuto más

Un minuto más,
si tan solo tuviera un minuto más,
le diría que aún le quiero.

Tan solo un minuto,
y juro por Juanito,
por Adrián,
por nuestra bella Aurora,
que resumiría todo mi sentir.

Un único minuto
y sería capaz de contarle
que sí,
que me acuerdo de los veranos
en casa de sus padres
y que sí,
que esas noches de besos escondidos
fueron las mejores de todos mis días.

Sesenta segundos:
eso tardaría
en recordarle nuestro viaje a Noruega,
el frío compartido en las noches junto al mar,
los veranos en la sierra
y las copas de vino que derramamos queriendo
y sin querer.
Sesenta segundos para
mostrarle los logros de nuestra hija mayor,
la familia formada por el mediano,
y la alegre simpatía del pequeño.

Un minuto más,
si tan solo tuviera un minuto más,
le confesaría que fue el amor de mi vida,
pero que no lo será de mi muerte.

Descansa en la paz que no me diste.

jueves, 20 de noviembre de 2014

La necia necesidad

Cuando el ocio ahoga
y aprieta el aburrimiento
el tiempo cede cual gomilla,
se estiran los segundos
y se estremece el reloj en mi espalda.

Nace entonces la nece(si)dad de ti,
sobran los motivos para abandonarme al son de la nostalgia
y faltan razones para no mirar hacia atrás.

Las paredes se vienen abajo,
encierran las luces
y los vientos
y asfixian al pobre de mí
que se encuentra abotargado
en un gesto genuflexo.

Se establece entonces la nece(si)dad de ti,
se beben los inútiles los mares por uno sólo de tus besos
y claman al cielo que nunca más de ti pasarán hambre.

Mas no tienen la llave,
no la cerradura.
Tienen sueños, sólo eso,
ilusiones etéreas
de un futuro tan incierto
como improbable.

Perdura entonces la nece(si)dad de ti,
se reconstruyen los techos del crepúsculo a la luz del alba
como si la necesidad fuera necesaria y la necedad intrascendente.

Y mientras tanto yo,
amo y señor de este castillo,
guardo con recelo
las menos de mil pero más de una noche
que aletean fervientes en mi pecho
esperando que esta necia necesidad de ti
abandone el cuerpo que tú ya abandonaste.

Desaparece entonces la nece(si)dad de mí.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Ojos

Se me llenan las miras
de ojos
y ninguno es suficiente
para hacerme ver
lo necesario de su existir.

Busco entre ellos
el iris que me lleve
al caldero al final de su arco,
y no entiendo que,
sin ser daltónico,
también se puede confundir colores.

Sus pestañas me abrazan
en cada abrir y cerrar de párpados,
mas yo, lágrima salada
de río dulce,
me dejo arrastrar por sus penas
y alegrías,
sin saber que ninguna
son suyas,
sino mías.

Y claro, ahora a ver quién me hace a mí entrar en razón.

martes, 11 de noviembre de 2014

Amor etílico

Así como giran los coches en una rotonda desgastada,
con la parsimonia del que va sin prisa porque nada tiene que hacer,
el vaivén de los pasos en contra de su propia voluntad,
los sentidos adormilados, atontados, empecinados en servir de algo,
la mente abotargada, borracha de movimiento curvilíneo no uniforme,
la embriaguez de las palabras bebida en sorbos de etílico dulzor.

Ebrio en todo momento,
así lo hacía sentirse ella.
Y así buscaba él sentirse cada noche al salir del bar.

Odiaba a los que le instaban a dejarlo:
"beber para olvidar no te hará mejorar".
Estúpidos,
yo no bebo para olvidar,
yo bebo para recordar.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Otoño

Camino a la nada,
a la más sabia nada.

La que por longeva
más experiencia acumula
en sus verdes canas.
(Fotografía de: http://goo.gl/glPkFw)

La nada perenne
de otoños sin luz.
La que de marrón pinta
la madera del ataúd.

La Nada que,
con su inexistencia,
demuestra el Todo
de su procedencia.

Aquí hubo vida,
dice.
Aquí hubo luz,
nos muestra.
Aquí,
donde yo estoy,
donde algún día
llegarás tú,
yace el verano.

Aquí yace mi juventud.

martes, 21 de octubre de 2014

Time

Comienza la espera
de lo imposible.
El tiempo corre 
en contra de
eso que piensa la gente
de que tan sólo transcurre.
La paciencia
busca origen y destino
fundiéndose en ojos
color espuma
en su camino.
Los trenes pasan
los barcos pasan
los coches pasan
mientras
puertas y ventanas
cerradas
forman el caleidoscopio
de sus colores.
Movimiento
perpetuo
interminable vaivén
de cuerpos inertes.
Lluvias de otros tiempos
nubes de papel
ilusorios vendavales
en tormentas del ayer.
Se escapa la vida
rompe la cadena
el hilo invisible
de unión improbable.
Se acaba el tiempo
en la espera
de lo factible.
Se acaba la espera
en los tiempos imposibles.
Se acaba lo imposible
en la espera
del tiempo impasible.
Se acaba el tiempo.
Se acaba la espera.
Termina lo factible,
lo imposible,
lo impasible,
el tiempo.
Yo.
Termino.

lunes, 20 de octubre de 2014

Hagamos del olvido el patrón
de nuestras desavenencias,
y que éste,
a pesar de la incogruencia,
nos recuerde lo fácil
que es ser feliz
una vez sabido el cómo
sin importar el dónde,
                        el cuándo,
                           ni el por quién.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Conversación de cama

Escríbeme algo,
dijiste.

"
Son los cuerpos
dos dientes de león
unidos al viento
buscando la pasión.
"

Algo mejor,
vamos.

"
Castiga
mi alma
tu vida
en mi cama.
Castiga
tu cama
mi vida
en tu alma.
"

Pero venga,
hombre.

"
En la prontitud
del tiempo de diario
la semptierna luz
de tu mirada
hace del verso
un mal necesario.
"

Serás cursi,
¿qué te pasa?


Ya está bien, cierra la mano
y escoge uno
antes de que salgan ciento volando.

No me seas estúpido,
sabes que con un pájaro en la mano
no se puede escribir,
y tú, precisamente tú,
jamás has sido de volar.

lunes, 6 de octubre de 2014

Bloqueo sensorial

Silenciosas manos que me ciegan,
barrera invisible al tacto,
sol atronador,
eclipse perfecto.

Corazón que no ve
objeto existente
Corazón que cree
que ya no siente.

Mas no la vista
no el oído,
no las manos,
no el gusto ni el olfato,
son perceptores únicos.

Hay un sexto sentido,
llámalo recuerdo,
llámalo nostalgia,
llámalo melancolía,
llámalo amor quizás.

Llámalo como quieras,
pero no lo olvides:
El problema persiste,
la pena existe,
es el mío un sentimiento
que a desaparecer se resiste.

jueves, 2 de octubre de 2014

Mirrors

En la sala de espejos
nada es real.

Las miradas se cruzan,
líneas divisorias
entre facciones demacradas.

Duplicadas las manos
tocan lo inexistente,
el reflejo de lo que son,
en un intento por encontrar
la verdad que las verifique.

En la sala de espejos,
todo es irreal.

Los labios se pronuncian
versos interminables
sobre la dualidad
onda corpúsculo
que los hace reflejar.

El torso hirsuto
se repugna de sí mismo
en un alarde de humildad
no condescendiente.

En la sala de espejos
no te ves a ti mismo.

Los pies,
los brazos,
las orejas,
la nariz.

Todo es tan imperfecto
que es inútil
el vago intento
de duplicar virtudes
doblando la realidad.

En la sala de espejos,
sólo ves tu reflejo,
acaso el que quieres ver,
nunca el que realmente es.

En la sala de espejos,
nada es real.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Happy birthday

Desde que he sabido que era hoy el día que antaño fuera precedente de mi existencia, he pensado en miles de palabras y letras con las que poder engalanar algo tan grande. 
Pero es imposible adornar con flores y guirnaldas lo que ya de por sí es bello en esencia.

Porque la belleza no es algo maquillado con los colores de la realidad.
La belleza no son unos ojos azules iluminados por una tenue luz.
La belleza no se mece con los cabellos sueltos al viento, ni se embriaga con su olor.
La belleza no es un beso bajo la Luna llena.

No representa a la belleza que dos niños sonrientes compartan una bolsa de gominolas bajo el sol de mayo en una plaza cualquiera. 
No representa a la belleza que dos ancianos sonrientes compartan el zumo de naranja cada mañana esperando que el día haga acto de presencia por la ventana.
No representa a la belleza el paso del tiempo por un cuerpo en continuo estado de embriaguez emocional.

O sí.

Porque belleza eres tú.

Belleza son tus manos agrietadas por el trabajo.
Belleza son tus curvas de felicidad andante.
Belleza es tu nombre cuando lo pronuncio al llegar a casa.
Belleza es que me conozcas mejor que yo mismo, que para eso me has parío', y aún así me aguantes.


Hoy es 28 de septiembre en el calendario anual, y taytantos años de razones para seguir adelante en el mío personal.

Feliz cumpleaños mamá.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Mentiras piadosas

- Toma Ana... ¡espera! Ten cuidado al abrirlo, tiene un... tiene un poema para ti.- se ruborizó Juan al darle el paquete envuelto en papel de periódico, el favorito de ella para los regalos, a Ana.
- ¡Oohh, qué guay! ¡Déjame leerlo!- exclamó Ana el instante anterior a comenzar a recitar con esa voz de locutora nocturna que la naturaleza le había regalado:

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistirá en tu gracia.
¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.


- ¡Me encanta, Juan! ¡Aay, cómo te quiero!- y se fundieron en la explosión de besos y abrazos rutinaria de cada mes, cuando se encontraban en la estación. 

Mientras permanecían abrazados, Juan no le dijo que en realidad el poema no era suyo. Tampoco le habló del cuaderno lleno de garabatos, versos y prosas de su puño y letra que llevaban el nombre de Ana. 
A su vez, Ana no le contó que estaba deseando llegar a su habitación para rebuscar en el cajón secreto del escritorio el cuaderno de tapa roja que descubrió meses atrás. Tampoco le dijo que cualquiera de esos versos malrimados, estrofas versicortas y prosas torpecursis eran mejores que todos los Nerudas, Benedettis y Salinas que le llevara perfumados en letra dorada a la estación.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Extraño - 25 de septiembre en Hotel Meliá Colón, Sevilla

"El aire choca contra una piedra,
la mueve,
le susurra no sé qué historias
sobre lo efímero de la existencia,
sobre lo erróneo en la experiencia,
la gira
le da una vuelta
mientras le habla de
la gran mentira de los cinco sentidos,
de lo vacuo de los suspiros,
le dice que no tema,
que no le hará daño.
Le roza un beso en el poro izquierdo,
y la deja caer sobre tu dedo meñique."

Y así, con esa mezcla de fluidez y hostia en la cara,
con la impronta de una máscara en febrero
y la facilidad de una rima con la fecha de presentación,
se inaugura la exposición de arte de alguien que no es un amigo, sino un hermano.


Y yo, afortunado juntador de letras y palabras, tengo, no el gran, sino el superlativamente inmenso honor de participar en la exposición dándole voz escrita a sus cuadros en el catálogo de la exposición.

Si estáis por Sevilla este mes, despojaos de toda idea preconcebida por los sentidos y no dudéis en dejarse maravillar por el arte. Y si podéis ir el jueves, quién sabe, lo mismo hasta os encontráis con un servidor.

Os dejo enlace al evento en Facebook.

https://www.facebook.com/events/1515308175380932/?ref=25

viernes, 19 de septiembre de 2014

Alter Ego

Yo,
todo yo, soy yo
dices.

La ropa que me compro
yo
soy yo.

Mi música,
la que escucho
yo
soy yo.

Mis besos soy yo
Mis versos son yo

Las series que veo,
Yo.
Los libros que leo,
Yo.
Los ojos que miras,
Yo.

Mis decisiones
Mis temores
Mis sueños
Mis metas
Yo.

Yo,
sólo yo,
dices.

Todo a mi alrededor
es tan yo,
que dudo
si yo
soy yo,
o lo que me define.

martes, 16 de septiembre de 2014

September came

La soledad que visten
las calles que sondean
a mi segunda morada,
sonríe con el abanico
de colores de la última
sequía en mis manos.

Las aguas del bullicio
lucen la calma
del interés perdido.

El mar suena de fondo
despreocupado del qué oirán,
del qué dirán
si ven sus olas
coronadas de espuma,
y nada más.

La ausencia de miradas
de dialéctica sin palabras.
Las dunas vacías
de niños y pisadas.

Y aún así... me embarco.
Recojo mis bártulos y zarpo.

Yo, que a olas orilleras
estaba acostumbrado,
cruzo dedos y fronteras
surcando el mar a nado.

Yo, que de un palmo
no levanto
plántome frente al muro
que separa la risa del llanto.

Y ahora que la tormenta ruge
y el viento me lleva,
levo anclas e izo velas,
que no sea lo que Dios quiera,
que sea la poesía la que me ayude.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Sueño

Sueño que vago por el desierto, hambrienta alma errante, en busca de una dirección que me acerque a la civilización de la que tanto reniego. Busco un oasis en el que calmar siquiera la sed de mis fantasías, mas ni tan solo las ilusiones se acercan a mí.

El sol me deslumbra a mi paso por dunas y valles rocosos. La luna me abraza con su gélido hálito de oscuridad en silencio. Los días y las noches se persiguen uno tras otro en una carrera por ver cuál de los dos me hace perder la poca cordura que me queda.

No sé ya discernir entre realidad y sueño. En mis descansos oníricos sueño que camino por la blanquecina arena. Cuando creo estar despierto, ensueño que descanso y me sumerjo en los recuerdos de mi antigua vida.

Y así pasa el tiempo entre sueños caminando y en caminos soñando. Y así paso el espacio entre segundos bailando, minutos hablando, horas contando y días y noches a mi cuerpo matando. Se... se me nubla... la razón... No sé ya si yo... soy... No... sé... la razón... se nubla, yo soy... ¿quién?

Abro los ojos. Aparece una nube. No sé cuanto tiempo llevo tumbado boca arriba en este llano de grises piedras. Noto los labios resecos, resquebrajados, la nariz despellejada, el cuerpo agotado. Me escuece el mordisco en el dedo meñique del último alimento cazado. No tiene buena pinta.

Las sombras a mi alrededor se mueven en círculos concéntricos de aladas maneras. Una gota me roza la frente. ¡Hijos de puta! No solo esperáis ansiosos mi muerte desde ahí arriba, sino que lo celebráis meándoos literalmente en mí. Les increpo a sus leonadas cabezas.

Pero de repente... otra gota. Y una más. No salgo de mi asombro. Espera, esto no es pis aviar, es agua ¿las aves orinan? Bah, qué más da, ¡es agua! ¡está lloviendo!

Espera, ¿lloviendo, en pleno desierto? En efecto, llueve. Y bailo. Y saco la lengua. E intento beber con mis agrietadas manos llenas de mugre en forma de cuenco. Me desnudo. Dejo que la lluvia empape todo mi ser en cuerpo y alma. Y sigue lloviendo. Y cada vez más. Me da igual, ¡es agua, por fin, agua!

De una de las dunas que creo haber sobrepasado hace unas horas empieza a descender lo que parece ser un hilillo de agua. Jajaja, ¡un arroyo! ¡un puto arroyo en este maldito desierto! Corro como un renacuajo de 8 años a tirarme en él. Dejo que el agua del riachuelo me sacuda los cabellos mientras me abandono a la creciente corriente que galopa ladera abajo.

Boca arriba observo cómo los buitres siguen girando en una pequeña porción de cielo sin nublar, como si la lluvia no fuese con ellos. Me pelllizco, no vaya a ser que esté de nuevo durm... ¡Ay, joder! No, definitivamente no estoy soñando.

Esta lluvia es real, este río es real, y mi sed ya está saciada ¡No me veréis morir de sed, pájaros del demonio! Es más, no me veréis morir de hambre, que he visto un par de peces ya por aq... ¿cómo? ¿peces?

Tras lo que parece una estrenduosa explosión, las dos partes de la duna divididas por el río se vienen abajo, dando paso a una ola de más de veinte metros de altura ¡¿Joder, hay una puta calavera en la cresta de la ola?!

No he terminado de salir de mi asombro cuando me veo revolcado por litros y litros de agua salada, rodeado de corales y algas me sorprendo intentando nadar hacia la superficie entre bancos de peces y algún que otro tiburón. Miro hacia arriba. Ya no hay buitres, ya no hay cielo, ni nubes, ni lluvia, sólo agua... ¿Dónde coño ha ido a parar el desierto?

Sigo buceando hacia la superficie, cada vez me cuesta más dar una brazada. Mis pies no responden, me fallan, pesan demasiado ¿Qué coño hago con las botas puestas aún? Creo divisar el casco del barco que antes surfeaba el tsunami. Presa del pánico les grito pidiendo ayuda y trago una gran bocanada de agua en mi estupidez.

Me ahogo...

Me falta el oxígeno... Veo... veo claridad a lo lejos... Se me nubla el pensamiento... Una niebla me cubre la mente, no sé si estoy nadando o no... Apenas... apenas sí soy capaz de percibir algún pequeño movimiento de mi cuerpo... La claridad, concéntrate... la claridad sigue ahí, cada vez más grande, como más nítida... Noto... sí, noto cómo el oleaje sacude mi mano derecha. Intento abrir los ojos... no me había dado cuenta de que los tenía cerrados... Luz... sólo veo luz... No... no siento mi cuerpo, pero intuyo... creo... sí... creo que salgo a flote, que el último aliento que me queda me ayuda a cruzar la superficie del mar y... 

Despierto.

martes, 9 de septiembre de 2014

Contr-adicciones

Besar un reloj
como el que
abraza al tiempo
que no tiene.

Estrujar entre
sus brazos
cada segundo
para que el
final no llegue.

Lamer las horas
durante horas
sin conseguir
que el tiempo
corra sin correrse.

Reiterar y repetir,
que es lo mismo,
pero no,
día también
tras día sí,
hasta hacer
del continuo
espacio-tiempo
un bonito
caleidoscopio
de socavones.

Jugar al
quién es quién
con las caras
observándote
y todas las cartas
en tu mano.

Fallar con
el mismo
bigotes de
sonrisa estúpida
una y otra
y otra vez.

Romper por
billonésima vez
la carta de
la señorita
de gorro rojo
por intuir de nuevo
ese "ya te lo dije"
en su cara de pez.

Buscar tus
buenos días
cada mañana
en la jaula
que tú misma
dejaste vacía.

Llenar y rellenar,
que es lo mismo,
pero no,
el cuenco de comida
con el alpiste manido
de hace un mes.

Dejar la
puertezuela abierta
por si él
algún día
decide volver.

Así como con la jaula.

Salir al parque
a correr
y contarle
a las flores
que lo volviste
a hacer.

Que volviste
a escribir,
a sentir,
a reprimir
y rugir
por lo que ya
un día de julio
les vomitaste
en su redil.

Te pica una abeja
te rascas y jodes,
y vuelves a correr.

Llegas a casa,
bañera lista
con agua hirviendo.
Dos copas de borgoña,
y una hora de (en)sueño.

Salir, beber,
y el rojo
de siempre
coloreando
tu piel.

Como si sufrir fuera un placer.

Te miras,
te observas,
te escupes,
y narras
tu historia
otra vez.

En el reflejo,
en la pared:
el reloj
al fondo,
a su lado,
el quién
es quién.
La jaula,
vacía,
y su foto
en la pared.

Te giras ansiosa,
y vuelves a empezar.

Besar un reloj
como el que
abraza al tiempo
que no tiene...

Suena alguien
en el espejo:
- ¿Ves? Aquí
tienes tu adicción,
que pretendes
ser tú,
sin pasar
por ser yo.
- ¿Y qué?
Si ahí,
cuando tú,
dejes de ser
para que yo
pueda ser yo,
se acabará
mi contradicción.
Déjame morir
a mi manera,
que de la tuya
no sé vivir.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Going back home drunk

Me he perdido en las diferentes tonalidades de azul que te definen como el niño que se presenta diáfano ante la inmensa cantidad de gominolas de la tienda con un billete de 10 euros en la mano.

He inventado historias y prehistorias en busca de tu aniquilación en tan solo una página de libro de escuela.
Las calles han bailado al son de mis ensoñaciones y me han hecho creer que el alcohol, y no tus ojos, ha sido cómplice de ello.

Que se joda el mar. Y el cielo. Y los azulejos. Y las cortinas. Y todo lo que se tenga que joder si yo decido, por azar o por suerte, perderme entre tus sueños.

Déjame caer en este precipicio de asfaltos si es necesario,
pero permite que sea yo el superviviente de este naugragio.

jueves, 28 de agosto de 2014

Life

he sido
soy
y espero ser

a eso se resume la existencia

martes, 26 de agosto de 2014

Entrevista para Diario de Cádiz

Hoy tenía preparado un nuevo poema que encontré perdido en mi libreta. Pero tras recibir la noticia de la publicación de la entrevista que me hizo mi gran amigo Ezz Mendoza para Diario de Cádiz, he decidido que mejor os dejo la entrevista, y ya os regalaré el poema en otro momento. 

No quepo en mí de la felicidad (claro que con 1,63 m. de altura esto no es muy difícil).

Bueno, no me demoro más, aquí os dejo la entrevista.

Gracias a todos.

lunes, 25 de agosto de 2014

Ser yo sin ser

He de ser fuerte en la contingencia de la curiosidad.
En la resistencia contra la rebeldía.
No hay por qué terminar mal lo que mal empieza.

He de ser honesto en el devenir de los pensamientos.
En la fatua persistencia del advenimiento.
No hay por qué jugar con fuego si no hay llamas.

He de ser lo que he de ser cuando deba serlo.
He de ser lo que quiera ser cuando pueda serlo.
He de ser lo que se me diga ser cuando se me diga serlo.
Pregunto.

No.
He de ser yo cuando quiera
cuando pueda
cuando deba
cuando me salga de los cojones.
Respondo.

Y me río de la insensatez
Y me río de la ingenuidad
Y me río de lo utópico

Y me río, y me mar,
y me suputamadre,
porque lo que toca no es reir
porque lo que toca es llorar.

O no.

jueves, 21 de agosto de 2014

Falsa realeza

En su enfundada sonrisa
de quien despreocupa por todo,
por todos,
se encuentra la cruel esencia del ser humano.

Princesa imborrable de altos vuelos
muestra en su caída
el amor inquebrantable por los cuervos.

Reina impertérrita de los magos
risa lacónica
al recuerdo de sus vasallos.

La maquiavélica impronta del egoísmo impertinente
del buen mirar de cara al frente,
del rugir de los latidos en su presencia ausente.

La dualidad del pensamiento
conduce necesariamente
a la soledad del sentimiento
                            y en su caso,
conlleva inevitablemente
una llamada al sufrimiento.

No lo llames persona
si no conoces sus besos.

No lo llames humano
si no has olido su pelo.

No lo llames egoísmo
si no has bebido su aliento.

No lo llames, de hecho,
si no quieres verte muerto por dentro.

Ya ves,
llevaban razón los sabios de mentes lúcidas
y agoreros del mal camino:
no era común nuestro destino.

martes, 19 de agosto de 2014

Caprichos

El caramelo de limón mañanero
de un domingo a principios de mes.
Un mes de vacaciones con viajes entre tus dedos.
Un libro a bajo precio en cualquier rastrillo de barrio bajo.
La camiseta de última colección,
de talla inapropiada.
Unas converse color rojo,
cordones negros.
El juguete de moda
para estos Reyes Magos
con el que jugar una única noche.
Un viaje para tres,
en el que sólo llegan a destino dos.
El ovillo de lana verde
deshecho a zarpazos de gata.
Baño caliente
de espuma blanca.
Ducha fría
calmante de aguas.
Oleaje torcido
a vientos de levante.
Un paseo entre callejones
en un día de lluvia.
Una carrera al tiempo
de salir corriendo.
Un garabato más
del que presumir en tus libros.
Una mierda sin recoger del suelo.
Una mierda pisada sin suerte.
Una mierda limpiada sin miramientos
contra el escalón de tu entrada.
El último chupito de la noche
antes de emborronar el suelo
con tus falsas historias.
El baile de fin de curso.
El fin de curso sin baile.
El cambio de curso de un río de aguas rápidas.
La negación constante.
El picor que rascar placenteramente
en la comodidad de tu cama.
Esos pendientes tan monos
que usar en una sola ocasión.

Un capricho de última hora.

Eso he sido yo.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Lágrimas de San Lorenzo

Una superluna vino el otro día,
heroína legal e inocua,
a salvarme de mis monstruos.

Sin embargo,
aquí sigo derrotado,
pues entretenido entre las sábanas,
cantando las nanas que aún no sé,
me pilló su blanca faz
de la mano de una princesita de dos primaveras
y un verano.

No sé qué sería lo que vería Lorenzo
que desde esa misma noche
me encuentro sus lágrimas por doquier.

Dicen que susurrarle una querencia
a sus vástagos crepusculares
solventa la dolencia
de los deseos carnales.

Cómo voy a pedir
de entre tanta elección
en una infintesimal décima
de segundo en fracción.

No da tiempo,
es imposible,
cuando me decido
la lágrima irrompible
por el cielo se ha perdido.

Ahora la superluna
marcha menguante
sobre el ocaso embadurnado
en los fuegos fatuos
de su compañero.

Mientras, yo acuno monstruos
y princesas de dentadura incompleta
esperando que de la mezcla
resurja la nueva heroína
que enganche al pueblo llano
y me salve de la cordura.

lunes, 11 de agosto de 2014

anecdotario de un regreso

Bueno damos y caballeras, va siendo hora de que os hable de algo. Ese algo se llama anecdotario de un regreso. Y es mi primer libro publicado. Hay dos formas de obtenerlo ya: para e-book en La Casa del Libro, y en formato físico traído desde Colombia. Sí, he dicho Colombia, estoy así de empanao y lo publiqué allí. Claramente esta opción no es viable por los gastos de envío que suponen. De Colombia traje 15 ejemplares para cubrir gastos y poder venderlos no muy caros sin perderle un duro. No conseguí ninguno de los 2 puntos. Así que he buscado nueva "editorial" (especializadas en autopublicaciones) y en breve enviaré el escrito corregido para el nuevo pedido. Aún no tengo claro cuánto costará el libro, ni cuándo lo tendré en mis manos, ni nada de nada. Iré informando. Pero me vendría bien saber el número de ejemplares que pedir, para no quedarme corto como con la "primera edición", ni quedarme la mitad de los ejemplares en casa. Por ello, todo aquel o aquella que esté interesado en obtener su copia de anecdotario de un regreso, que me escriba a doc.cobacho@gmail.com.

Aquí os dejo la sinopsis del libro y la portada que me inventé.
 
Cuando las llamas arden con fuerza, incendiando todo lo que encuentra a su paso, quedan brasas candentes en las que se forjan amores inmunes al tiempo. De esta forma resurgen cual Ave Fénix de la cenizas una suerte de misivas ordenadas de una en una, día a día, que llevan la cuenta alante de un regreso en ciernes.
Sumérgete entre estas cartas y encontrarás música, besos al pasado y abrazos a un futuro incierto, versos sin labios y prosas con espinas, palabras que toman nuevos significados y, sobretodo, a dos personas que creen conocerse, pero no.


¿Precio? No lo sé, la verdad. Espero que no más de 10 €. De todas formas os iría indicando según vaya obteniendo nuevas noticias de la editorial.

Si queréis obtener la versión para e-book de La casa del libro podéis comprarla aquí. Aunque he de avisaros que, como primera edición que es, tiene algún error y un párrafo de menos (así soy, no sólo publico en otro país, sino que encima lo hago mal).

En la nueva edición irán corregidos dichos errores, incluido el párrafo (he de decir que es un párrafo bastante importante, y de los que más ha gustado a varias personas que ya lo han leído), y al ser yo mismo el que os envíe el libro, irá con dedicatoria incluida.

Y poco más que contaros, que muchas gracias a todos aquellos que me apoyaron bla bla bla, un beso a mis padres, patatín patatán, y que un abrazo a todos y todas.

Ojalá os guste.

La deriva

La estridencia de la noche se hace incólume
en la luz de unas voces en concordia,
de los saltos de la tierra sobre el cielo,
de las bocas secas,
las lenguas húmedas
y los ojos inyectados en fervor.

Saltan chispas entre electrodos
dedos
palmas
y pelos.

Saltan los brazos
en busca del calor multitudinal,
de la afinidad de pasos
de pies y abrazos.

La compenetración de los acordes
hacen del deseo música,
y de la música pasión.

Que ardan los besos
y muera el corazón.
En este choque de latidos
no necesito más temblor.
En este suspiro sobran
miradas de intuición.

En este momento sólo existo yo.

Toca desistir de la impunidad
Toca hablar de maquiavélicas razones
De incógnitas sin flores
De lo que duele la felicidad
si es en brazos de un ojalá.

Toca hablar de la deriva de nuestras miradas
y callar en la templanza de la sinrazón.

jueves, 7 de agosto de 2014

cob|doc (III)

Harto estoy de pensar,
   no, de eso nada, chaval
   harto estoy yo de que pienses,
   a ver cuando empiezas a actuar.

Harto estoy de vagar,
   que no, que nada,
   harto yo de que vaguees,
   que no es lo mismo.

Buscar, o encontrar,
   buscar primero, 
   y,
   ya si eso, encontrar.

Que me dejes,
   ¿cómo?
Que no me hables
   ¿que no me qué?
¡Joder! ¡Desarapece de una puta vez!
   Sabes que no puedes.

   Sabes que es imposible
   que me debes la vida.
Y la muerte, no lo olvides.

   Y la muerte, sí.
Compartimos penas
   Compartimos culpas
Compartimos alma
   Y la vida
Y la muerte.

¿y ahora qué?
¿ahora hacia dónde?
¿hacia cuándo?

   Ahora tú y yo solos.
   Sin dependencias más allá de las nuestras propias
   Sin pilares mojados
   ni castillos de naipes
   sobre el aire.

Ahora somos uno, hecho dos,
como siempre,
haciendo dos de uno:
el que sí, todavía
y el que no, ya no.

   Exacto. 
   Tú sigue esperando
   que yo desespero.

Eso,
tú sigue desesperando,
mientras yo te espero.

   Piensa que a todo cerdo le llega su San Martín,
   y el desangre no siempre es señal de muerte,
   sino de renovación.

Entonces qué, cob,
¿nos lanzamos?
   A mí qué me preguntas, doc,
   si yo sólo soy tú
   y solo, no soy nadie.

lunes, 4 de agosto de 2014

Sprain

Cuando la anciana de rostro canoso y pelo arrugado le inquirió aquella advertencia, sabida más por repetición que por propia experiencia, a él le pareció una buena metáfora para sus textos de medio pelo y sus frases de broche para conversación: "Un esguince mal curado dura para toda la vida". Sonrió. Mas un instante después comprendió que la sencillez de esta afirmación no la hacía mejor que cualquier alegoría al Sol. Que el partenon de sus andares no es comparable a la covacha en la que se habían convertido sus dolores. Que la alopecia corría tanto por sus cabellos como por los versos de sus textos de medio pelo. Que esa mujer era una entrometida y que nadie le había preguntado. Dejó de sonreir: "¿Qué sabe usted de sus ojos, de sus manos? ¿Qué sabe usted de su risa, de sus labios? ¿Qué sabe usted de lo que duele o deja de doler toda la vida?"

- Manuel, ¿cómo te va a doler? Soy yo, tu mujer, estoy aquí, como siempre, ¿se te olvidó de nuevo la medicación?
- A mí no se me olvida nada, endiablada desconocida, ¡NADA!
- A ti sólo se te olvida el olvido, endiablado marido.

Él, cojeando, marchó a la habitación.

Ella, cojeando, se tocó a la izquierda del esternón: "¿Qué recuerdas tú de mis ojos, de mis manos? ¿Qué recuerdas tú de mi risa, de mis labios? ¿Qué recuerdas tú de lo que dolió y seguirá doliendo toda la vida? Tenían razón, un esguince mal curado dura para toda la vida".

miércoles, 30 de julio de 2014

De lo que duele el caminar con los dedos ensangrentados y otros menesteres.

Vuelven las náuseas, los gritos, los llantos. El arrepentimiento tardío. Vuelve la desesperación del reloj de arena atascado, del grifo de goteo incesante. La (m)araña de recuerdos tejiendo alrededor de mi garganta la irrompible red de la melancolía, la nostalgia, la ensoñación. Busco en los recovecos de mi mente algún camino, alguna indicación de lo correcto, lo erróneo, lo por ahí vas bien, sigue así, o lo lo volviste a hacer, gilipollas. Te volviste a enamorar de la reina. La de oros, de copas, de corazones y picas. La de bastos y espadas, dañina mujer de hermoso semblante. La reina de las verdades, las mentiras, las copulaciones entre ambas. La reina de miradas furtivas, de los besos a media noche. La reina de las abejas, las avispas y de algún que otro zángano. Volviste a probar de las mieles del deseo, de la obstinación de la memoria. Volviste a probar suerte y a perderla. Y ahora, incólume espalda irritada, vagas por los jardines de la borrachera de la mano de la tristeza. Camuflaje perfecto para esta última son tus sonrisas torcidas a media asta, pero no, el maquillaje superficial jamás borrará el sempiterno aroma a pobredumbre, suciedad, amargura y soledad. El imborrable olor de la peste, de las patrias perdidas, eclipsará la imagen de banderas monocromáticas en busca de un cielo azul. Andas perdido, sin rumbo, sin escuela ni barrio. Perros sarnosos mordiendo la pernilla del pantalón, llenando con su rabiosa espuma las roídas zapatillas color marrón. Gatos maullando a lo lejos, ternura encarnada en la más inverosímil nocturnidad que supone tu caminar. Las espinas de flores marchitas se cierran a tu alrededor, se clavan en tu respirar, ahogan el fluir de sentimientos, de sangre y pensamientos. Los oscuros ojos de la noche te observan al trasluz de tus decisiones, te martirizan cual flecha envenenada de estupor. Sigues la marcha, cabizbajo ser pensante de frente obtusa. Cobarde caballero andante de las batallas inútiles. Y en tu clarividencia de erróneo caminante, das patadas a las piedras que un día formaron tu sendero. Mira, mejor déjalo ya. Abandona tu insistencia ¿No ves, acaso, que toda poesía te habla igual? ¿No te has fijado, idiota, que todo verso duele en tu infinita soledad? Las voces de tu mente vociferan en la misma dirección, crean un amplio angular desde el que poder observar sólo lo que ellas desean: tu perdición. Los atardeceres, las olas, el mar, el viento en la cara no curarán las heridas de este harakiri emocional. De este suicidio sentimental. No busques otra orilla por la simple razón de una huída banal. Jamás esperes que atrás queden tus miedos y anhelos si sólo corres en dirección opuesta mirando el origen y no el destino. Jamás rehuyas la mirada del espejo. Jamás pretendas la marcha de tu ego. Porque eres tú, y recuerda, jamás una persona escapa de sí. Jamás.

lunes, 28 de julio de 2014

The watchtower

El pedaleo incesante de nuestras acciones, a veces, nos conduce al eclipse de un fulgurante sol de julio bajo torres vigía, sonido de olas de fondo, brisa del sur y el vociferío de niños en el descubrimiento de las Américas de su propio horizonte.

Digamos que en esos destinos la persona adecuada encuentra el sitio perfecto en el instante preciso para que lectura y escritura apacigüen el alma.

Y es entonces cuando, a pesar del murmullo de las ojeras, del incesante susurro quejumbroso del sueño y sus razones, a pesar del mar de las mejillas, hacen acto de presencia una suerte de felicidad en estado de ebullición, un florecer de sonrisas en bocas ya ajenas, un despertar en calma del sentido de la paz y, con ellas, las palabras.

miércoles, 23 de julio de 2014

Pidgeons

Tengo la mente hecha un hervidero de palomas
cada una con su mensaje,
pero no todas el mismo destino.

Les sirvo carretera sin manta por la mañana, como desayuno,
y ellas revolotean alegres en señal de agradecimiento.

He de aprender a dejarlas volar en el momento que me lo piden
que luego se me rebelan y me montan huelga de alas.
He de aprender a darles un horario fijo de alimentación.
O no, esto último mejor no: que coman y vuelen a sus anchas.

Esta mañana
al subir a darles de desayunar,
me preguntaron que para qué quiere una república la palabra princesa,
para qué un palacio real,
para qué quiere
un país gobernado por mayoría absoluta
un congreso,
si las decisiones son tomadas unilateralmente
por los de siempre.

Me preguntaron que para qué las armas nucleares
si total,
nadie las va a usar, ¿no?
Porque nadie las va a usar, ¿verdad?

Que de dónde venía ese odio israelí hacia Gaza,
y por qué los medios informativos lo ocultan.
Que cómo justifican la muerte de niños inocentes
(como si los hubiera culpables de una guerra)

Que para qué la felicidad,
si luego nadie sabe qué hacer con ella.

Para qué la libertad,
si no es verdadera.
Si nunca lo es.

El silencio hizo acto de presencia.
¿Cómo pretendo responder
si las palomas son mías,
si las preguntas son mías?

Entonces he bajado a mi despacho
atolondrado
y sin respuestas,
y me he preguntado:
¿para qué las palomas?

martes, 22 de julio de 2014

Variedades IV

Mandar a la mierda los demonios del salón,
largar por puerta trasera la paz del baño con cerrojo,
pintar de negro la habitación a golpe de persiana.
Que nada de esto sirva de nada y
buscar refugio en el exterior.

Un patio lleno de flores marchitas
de ruidos infantiles y aires de autosuficiencia
me invita al pirateo emocional,
al culo veo, culo quiero.
¡Y vaya culo!

La sombra de un pino me alienta a probar suerte.
Sugestionable alma en paro,
me baño en sus resinas,
me recreo en su corteza,
y acabo sujeto a los tejemanejes de la inspiración.

Madre que todo lo ve,
inteligencia en mano,
y con un piñazo por aviso,
me indica que mejor no haber empezado,
que la vida en la contemplación no es tan aburrida.
No si eres un árbol.

Malditos los vientos
malditas las mareas
maldita tu presencia,
tu ausencia
y la simultaneidad entre ambas.

Un verano sin amor son sólo temperaturas altas
y caravanas al salir de la ciudad.
Pero un amor sin verano puede ser las tormentas tropicales que le de la gana.

Y eso no es justo.

No hay más.
Se ha cerrado el grifo.
Desmantelo el chiringuito y me lanzo al mar.
Quizá después nos veamos.

Quizá no.

La cerveza dirá.

jueves, 3 de julio de 2014

Jueves, 6:47 de la mañana

El mirlo amanece en el patio como si, por primera vez, las plumas negras fueran augurio de buenas mañanas.

Entre devoción y obligación mi cielo se dibuja claro, constante, con brochazos de un color intraducible al lenguaje mortal.

En la calle rugen los bostezos, las últimas gotas de la noche resbalan por el cristal de mi parabrisas y Morfeo se retira en batida a sus aposentos mientras el asfalto se disfraza con sus mejores galas color humedad para un nuevo día.

¿Quién me iba a decir a mí que entre sueño y horas iba a haber una relación de proporcionalidad directa si siempre me enseñaron lo contrario? Ya ves, como si mis sábanas guardaran en su interior un pegamento que se adhiere a mi cuerpo más y más fuerte conforme aumentan mis horas de sopor.

No en cambio guardan la misma proporción horas y sueños. Es en las noches de mayor vigilia cuando toman forma mis mayores sueños. O pesadillas, que también.

Al menos que yo recuerde.

No son esas noches de profusas ojeras en las que mi mente guarda silencio. Sino más bien al contrario, es en las largas noches de ojos cerrados que ésta se aburre, callada y marcha al rincón a meditar consigo misma, sin dejarme escuchar a mí.

Y así paso toda la noche, en el más completo vacío sensorial. Como si la oscuridad no fuese sólo una percepción visual. Como si de repente mi actividad cerebral abdicase, cediendo el trono al más estrenduoso silencio.

Silencio...

Solo
Si
len
cio

...

Pero no, se rompe la noche, las sábanas se despistan en su labor de atraparme, y despierta mi mente en un tornado de imágenes que provocan el revuelo de párpados y respiración. Se desvanece el reposo del crepúsculo. Mi cuerpo convulsivo se activa buscando sin éxito la calma de un suspiro ajeno al mío. Desesperan las mantas al pie de mi cama y la almohada descansa de la respiración calma de mi nuca mientras mis dedos buscan a tientas el interruptor que llene de luz mis pupilas.

Lo encuentro. Se deshace la oscuridad. Cierro los ojos hasta adaptarme al cambio y, entre asustado y somnoliento, busco ese silencio entre los rincones de mi habitación. No está. Me asomo a la ventana del patio trasero. Ni rastro. En la azotea sólo hay frío y humedad, y sobre los árboles se atisban los primeros rayos de luz.

Me apoyo en la barandilla, despertando entre escalofríos todo mi ser y me descubro pensándote otra vez.
Sí, ahora lo sé: el silencio no existe, es sólo la ausencia de tu voz.

De nuevo el mirlo amanece en el patio como si, por segunda vez, las plumas negras fueran augurio de buenas mañanas.

martes, 1 de julio de 2014

diosas-o-diosas

No es casualidad que el Sol
aparezca por las tardes,
fulgurante astro lejano
en el ocaso de las noches,
si pronuncias tú mi nombre
entre lunas de mediodía.

No es casualidad que a mis mares 
los surque un barco de 7 velas
y que ninguna de ellas alumbre.

No es casualidad que de repente este bolígrafo
sea capaz de escribir 
estando a años luz de nuestro
centro gravitacional.

No es casualidad que todo,
y nada,
pierdan la cordura,
o que mi mundo enloquezca
en una implosión de sinsentidos.

Nada de esto es casualidad.
Todo esto es la causalidad
inherente a tus labios.
Son tus ojos los que causan
el desplome de torres en Japón
la erupción de volcanes en Sicilia
y la afluencia de tornados en América.

Causalidad es que las nubes
tomen según qué forma
en base al ánimo con el que
despierten tus manos por la mañana.

Hay quien cree en un designio final
individual e intransferible.
Un sino marcado en las estrellas
en el viento
en la tierra
en el agua
en nuestra alma
desde que nacemos.
Yo creo en tu sonrisa.
O en cómo te comes el último borde de la pizza.
Creo en tu refunfuñar de dientes
si te muestro mi estupidez latente.
O en tu escudriñar de cejas fruncidas
si es que en algo no me entiendes.
O... no sé,
es realmente difícil practicar el monoteísmo ante un cuerpo que alberga tantas formas de fe.
Te lo juro por ti.

lunes, 30 de junio de 2014

Y qué si el pecho nos oprime
Y qué si las horas no pasan
Y qué si tú, si yo, si nosotros
no nos entendemos.

No es tiempo de mirar alante
mejor contar con los dedos
los días que no pasaron
las noches que se esfumaron

Y qué si tú sin yo, si yo sin tú

El mundo se pudre
los polos se derriten
y millones de gente
se mueren de hambre
Y nosotros nos pensamos

Y qué si mi mente no cesa
Y qué si no tengo ya consciencia

No hay recoveco de mi ser ya que no te sienta
no hay hueco en mi forma de ver lo cierto que no te mienta
no hay forma de sentir como siento
y no morir en el intento.
No, lo siento,
no aguanto más este tormento.
O lo dices, o reviento.

viernes, 27 de junio de 2014

Masoquismo ilustrado

¿Habéis probado alguna vez a introducir la uña de un dedo en cualquier pequeña herida que os hayáis hecho?
Veréis, tengo un cortecito en el dedo índice, el de señalar, el de indicar el camino que seguir. Un corte en toda la yema del dedo que me corta en dos la huella dactilar, esa huella diferente a cualquier otra, inherente a mí desde que nací, la que me identifica como yo y no como otro.
Tengo un cortecito, como decía. Y por pequeño que sea, sangró bastante al hacérmelo. Fue de la manera más tonta, sin verlo venir ni desearlo (¿se pueden desear los cortes y heridas?), como el que no quiere la cosa, llegó y se posó en mi dedo índice, el de señalar, el de indicar el camino que seguir, y se hizo corte divisor en toda la yema, dividiendo en dos la huella dactilar, la que me personifica.
Tengo un cortecito, repito. Y por pequeño que sea, duele y escuece por dos. Cada vez que miro el dedo índice, con el que pido las cervezas, lo veo ahí, abierto, dividiendo mi ser yo en dos, y siento una punzada impropia del tamaño.
La cosa es que no se cierra. Lo miro y, no sé si es por el uso que le doy al dedo índice, con el que escribo las letras Y-H-N-U-J-M y los números 6-7 de este teclado, con el que ando seleccionando archivos y enlaces, programas y planos en el ordenador, está abierto, no se cierra. Permanece ahí, abierto, como dos labios incitando al beso.
He intentado cerrarlo apretando fuerte, oprimiendo el centro del corte para obligar al sistema circulatorio de mi cuerpo a hacer su labor de cicatrizar. He intentado aplicarle saliva para crear una fina lámina traslúcida que, al menos, disimule la herida y me impida verla, no sé: ojos que no ven...
Pero no se cierra. Ahí sigue el cortecito, orgulloso y digno vencedor ante mis deseos de cerrarlo. Así que la desesperación ha llevado a la imaginación, y la imaginación al hecho.
Y he introducido en él la uña del otro dedo índice, el que le ayuda a señalar, el que pide dos cervezas en lugar de una, el que escribe las letras T-G-B-R-F-V y los números 5-4.
Y ha dolido. Joder que si ha dolido. Por un momento he creído vivir en una de las películas norteamericanas de inmensos presupuestos gastados en efectos especiales, y he sentido cómo una especie de campo de fuerza, onda expansiva incluida, ha empujado la uña fuera del recoveco de mi dedo índice, provocando en su hacer un fuerte escozor, una ardiente punzada de dolor.
Pero me ha gustado.

lunes, 23 de junio de 2014

Polvo somos.

Mierda, ¿ves? Ahora no puedo parar.
¿Cuántos llevamos ya?
Se nos ha hecho de día.
Se nos ha hecho de noche,
y de bis a bis, han pasado amaneceres,
atardeceres,
y anocheceres
perdido yo en tus pupilas.

Han pasado Lunas nuevas,
Lunas llenas
de ti, de mí.
De tu sexo y el mío.
Del puto deseo.

Nos han pasado días por encima,
meses incluso,
y aquí seguimos, 
hundidos en este frenético vaivén de tempos.

Las energías no cesan,
nuestros cuerpos no pesan,
evaporados andan
sobre el calor de la fricción.

Que no,
que esto no es joder,
que esto no es follar,
esto va más allá.
Esto no es hacer el amor por mucho que los versos se empeñen.
Esto NO-ES-NOR-MAL.
Te lo vuelvo a comer
Me la vuelves a chupar.
Y nos corremos otra vez
Y otra más
Y más fuerte, y más rápido.
Y venga más ¡joder! Y venga más ¡sí hostia!
Y otra embestida más
Y otra puta vuelta
Y un mordisco, y dos, y tres
Y no pares por Dios
                     por Buda
                         por Alá
                            ¡¡¡POR-FA-VOR!!!
                                 ¡¡¡Que esto no acabe jamás!!!
¡¡Mierda!! ¿Ves?
Ahora no puedo parar: ¿qué, echamos otro más?

miércoles, 18 de junio de 2014

Esquizofrenia desorganizada

¿Por qué?

¿y por qué no?
llevo ya distancia recorrida
sin que los tiempos me abran puertas
sin que el teclado sangre de estupor al verme
sin que las ventanas griten al asfalto sus por qués

¿Qué?

qué no, quién
porque no hay día, ni noche
hay quién
y sin quién no hay nada más

¿Cómo?

cómo no, cuánto
mucho, muchísimo
más incluso de lo que me gustaría aceptar
más incluso de lo que podría soportar

Pero... ¿cuándo? ¿dónde?

pero a ver,
¿qué importan el tiempo, el espacio,
y cualquier aire que no remiende vientos
en calidad de-sas-tre
de sus versos enlatados?
sepa usted que el cuándo se suma al dónde
y se anclan sendos,
pluma en mano,
a las 11:34 de la noche en sus caderas
como si al mañana le importase el ayer,
pero sin hacerlo

En definitiva, la mató usted porque era suya.

la maté sí,
pero porque no era mía

Nada más que añadir señoría.

Se cierra la sesión, queda visto para sentencia.

martes, 17 de junio de 2014

Y
jamás
estarás
más seguro de que alguien
te quiere, si cuando
dice Teodio,
captas la mentira
sin ver      sus ojos

martes, 10 de junio de 2014

Variedades III

La sensación de un mono de zoo.
La de pupila en nuca.
La sensación de espía perfecto
escondido entre pecho y espalda.
Palabras infundadas
por verdades semi-filtradas.

¿Quién me ojea en mi rincón?
¿Quién otea y expande mis horizontes?
¿Quién me tapa los ojos,
y aún así me deja ver?

Aciagos días para la privacidad,
nada nuevo que mostraros.
Aciagos días para los secretos,
para la felicidad,
para los sabios,
y la mediocridad.

Aciagos días para los días
para el tiempo en su definición como "paso del".

Los días corren a mi antojo.
Las horas en mi contra.
El sueño corre de mi parte,
y las ilusiones por el barro.

Llaman a la puerta y no sé
si es el viento que empuja
o las mareas que me guían.
Llaman a la puerta y abro
deseoso de encontrarme con el fuego,
mas no hago más que morder el polvo.

¿Sabes?
Una muerte dulce
nos alienta a vivir rápido
y besar despacio.
Como si los suspiros
aconsejasen cerrar los ojos
en pos de un supuesto razocinio sentimental.
Pero es la vida
la que nos mete prisa en los besos
y nos incita a la pereza en soledad.

¿Qué quieres que te diga,
si todo te lo he dicho
y aún así me queda todo por contar?
¿Qué quieres que te cuente,
si lo que cuento ahora
no sigue un orden lógico
ni ordinal?
¿Qué le digo yo ahora a mi madre
cuando pregunte cómo estoy
si es que ya ni siquiera sé estar?

Nada.
Nada por aquí, y nada por allá.
Nada como si te fueses a ahogar.
Nada, como si te estuvieses ahogando.
Como que lo estás haciendo, ¡nada!
¡nada y escapa del oleaje, del viento
y del mar!

Nada, como si fueras el todo
que llena este vacío.
Nada, como si fueras el vacío
que todo abarca.

Nada, como si fuese yo
la víctima del ahogamiento
y tú mi única razón de salvamento.

Nada y todo
cogidos de la mano del olvido
y de la memoria,
respectivamente.
Nada y todo,
en tu boca,
y en mis labios,
como siempre.
Pero sepas
que todo
y nada,
juntos,
no pueden ser.

lunes, 9 de junio de 2014

Llueve sobre mojado

Cuando la tierra que pisas humedezca y te cale los huesos prueba a sobrevolar mares repletos de espumosa ensoñación, respira hondo el viciado aire con olor a melancolía y, por último, sumérgete en esos oscuros ojos que te observan con placentero deseo.

Y si me encuentras por esos parajes,
bésame y di que me quieres
volver a besar.

Pero di que me quieres.

viernes, 30 de mayo de 2014

Anextásiame la vida

Sé el bisturí de corte
para el patrón de mis ilusiones
La mesa de quirófano donde perder
la vida
y el miedo a la muerte.
Sé la medicina
antibiótico de decepciones
Mi droga favorita
destructora de mente.
Sé la aspirina que calme
mis dolores de mí
y de mi suerte.
Sé sin receta médica
que te encuentre sólo en el mercado negro
o entre mis dedos.
Sé una operación
salida
sin retorno
ni anestesia.
Sé el beso soporífero de buenos sueños
cada mañana
que me anestesie los miedos.
que me anestesie
                            los
                                  tiem
                                         pos
                                                   que me (an)extasian los labios.

Sé tú el punto de inflexión
y de sutura
que una mis noches
con mis días.

jueves, 29 de mayo de 2014

cob|doc (II)

Soy satélite planetario
antaño visitado
por humanoides
y lucernarios.
De doble faz es mi cara
de doble haz son mis luces.

Mírame,
míranos,
no hay uno,
sino dos.

Está el que vuela
el que siente
el que,
siendo sinceros,
(casi) nunca miente.

Y está el que amarra
y no suelta
el que miente
más que ama
el que planta
en tierra muerta.

Uno libre,
o al menos eso cree,
vive atado sólo a disposicines
de quehaceres societarios
y menesteres realmente
innecesarios.

El otro libre,
de veras,
vive atado a las palabras,
las que lo nombran
y renombran,
y las que marcan su ausencia
de un rojo
entre carmín y sangre.

Tiene al primero disposición de él
y le importa tres pitos que llueva o truene en cielos ajenos,
que si las palabras lo llaman,
o no
él aparece para hacer suyo
lo que suyo es,
y lo que no también.

Uno es puro instinto
razonamiento ilógico
de miras cortas.
El arte del importunismo
la caradura y el cinismo.


El otro es...
El otro es simplemente
distinto.

lunes, 26 de mayo de 2014

Odio los domingos

Culpa de los suspiros
o expiros
que me afrontan
me confrontan
con una realidad
de sueño
de pesadilla más bien
pero real,
al fin y al cabo
 
son estos finales
que me cuestionan
y me hacen cuestionar
de plenitudes
sentidos, sin sentidos
y los sinsentidos
de este sino.

Que sí,
que sé lo que me digo
que si por ellos no fueran
la vida tendría menos sentido,
tal vez,
pero tampoco se le buscaría
con ese ímpetu 
de cazafortunas
redomado.

Que sí,
que sé lo que me digo,
la felicidad desbordante
abundante
y cantante
sin preocupaciones de estar en busca y captura
disfrutando de compañías en su propia conjetura.

La calle su hábitat
con morada
en las sonrisas.

y todo esto junto
todo esto
en conjunto
cuestionan sin
interrogantes
diatribas divagantes.
 
Me pregunto,
y yo mismo me respondo
si tendrían sentido
las semanas sin domingo.

Sí,
tendrían sentido las semanas sin domingo.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Impunity

"
impunidad.
(Del lat. impunĭtas, -ātis).
1. f. Falta de castigo.
 "

La impunidad en la red es noticia en este País.
La impunidad de comentarios más,
o menos,
desafortunados
resulta ser más importante que cualquier nuevo caso de corrupción.

La impunidad del que se alegra de una muerte,
una muerte por asesinato,
que no justifico pero...
digamos que la justicia tiene sus trucos.

El karma y esas mierdas.

Quizás haya que hacer memoria
y recordar que
la impunidad no es de un anónimo
la impunidad no es de un internauta común
la impunidad es del que miente sin castigo
la impunidad es del que desatiende consejos
y echa a arder un bosque entero
sólo para celebrar las patronales
con un bonito espectáculo pirotécnic
la impunidad está en aforarse para escapar de imputaciones
la impunidad está valorada en miles de millones de euros perdidos en falsos ERE
la impunidad se reparte en sobres de logotipo azul
la impunidad está vetada para jueces tocanarices metomentodo
la impunidad genera intereses del 7% los 3 primeros años, y al cuarto te desahucia
la impunidad no está en twitter, señores,
ni en facebook,
ni en cualquier foro en el que desgarrarnos las vestiduras,
cansados del dolor,
del sufrimiento,
de sentirnos estafados
la impunidad está en las manos de los que nos gobiernan, de una forma u otra
la impunidad es la que nosotros les servimos en bandeja cada 4 años

Que no se nos olvide.

lunes, 19 de mayo de 2014

Auto(de)defunción

El autoengaño en la punta de un lápiz.
La autocompasión de un pintalabios.
El auto de defunción de una ilusión
se traza con estos dos colores
y se firma con sangre.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Un alfabeto
por canción
nos mata las tintas
del cuerpo.

Las letras se mecen
en la cuna que muestran
tus pestañas,
y no queda aliento
ni aire
que insufle
a los besos
los versos
aviesos
de eso
de la vida que me quitas
en cada estrofa.

He visto
noches saltar de alegría
por el danzar de tus pétalos
en la letanía
y un amanecer
de esquirlas
en tu marcha.
O quizás por ella.

No sé qué les haces
a las letras
ni a los números,
que queman,
perduran,
y embrutecen
las palabras que brotan
del rencor.

Por ello en este suspiro
de pensamientos
empapelados
no caben más astros
ni lunas
a los que rezar.
Y sé
que en tu misa
mi cuerpo
ya no encuentra redentor.

lunes, 12 de mayo de 2014

Encuentros gramaticales

Andaba él por una calle normal,
un día normal de un mes normal cualquiera.
No sé, pongamos que agosto.
Sus pasos apresurados marcaban un encuentro ineludible.
Los dos desconocidos,
los dos enaltecidos por un radiante sol.
Se cruzaron,
como era de esperar,
de frente,
y juntos se miraron:

- ¿Eres tú?
- Solo si tú quieres que sea.

y fueron
y desde ese día son
y serán
tiempo verbal,
predicado nominal
y sujeto.

Muy bonito, sí,
pero si todo fuese así,
de fácil,
no existiría la poesía,
o sería una mierda*.
*(como podréis ver)

jueves, 8 de mayo de 2014

Firefly

Y cuando descargo mi ser, 
se me llenan
las pupilas
de sangre
y vislumbro
insectos de luz
vagando a mi alrededor.
Su aleteo dura lo
que los capilares
en vaciarse
a ritmo
de pulso sanguíneo.
Si quiero,
con sólo cerrar mis párpados,
me deshago de su brillante existencia
hasta que otra luz
los subyace.
Son efímeros,
débiles cual
amor de verano.
Pero son míos,
y sólo yo los veo,
y sólo yo los quiero.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Starving out of love

Era incapaz de alimentarse solo, necesitaba de otra mano que le alimentase primero, para después hacerlo él.

La indecisión entre cuchara y tenedor traía frío a su comida Hasta que la tiraba por congelación.

Nunca supo decidir entre manjares. Todo plato le daba hambre, y aún así, moría cada noche de inanición.

Muestra intachable de tristeza que en pleno uso de sus facultades para comer necesitase de otra mano compañera.

Su vida continuaba como si nada hasta comprender que por sí solo no es que no comiera por sí solo es que no amaba.

martes, 6 de mayo de 2014

Shipwrecked Circus

Han caído lonas y carpas
como caían los trapecistas en la red
tras un arriesgado
y fallido intento de alcanzar,
entre malabar y malabar,
la cúpula de un circo que ya no es mundial.
Se han apagado
rugidos y barritos
palmadas y chillidos.
No hay tartas ni coloretes.
No hay arlequines corriendo en patinete.
Y esas coloradas narices
ni son de goma,
ni son felices.
Terminó el ultimo show
y con el espectáculo se acabaron
domadores y mundos de color.
No se cambian llantos por risa
ni existen ya sonrisas y lágrimas.
El humor era rasgo de inteligencia en el recinto.
Y a este payaso cada vez le queda menos gracia.

lunes, 5 de mayo de 2014

Contradicciones

Qué triste, ¿no? Contentarte, y no poco, con lo que antes renunciabas a siquiera aceptar.
Qué nivel de decrepitud te corroe cuando ves que la meta se aleja por mucho que corras en su dirección. Quizás sea mía la culpa, y esté confundiendo de nuevo dirección con sentido.
Sentido... ¿qué sentido tiene la vida sino el contrario?
¿Qué sentido tiene la muerte sino pasar antes por el contrario?
Un sentido, y otro, y otro más, el de la vista, del gusto. Sentido del tacto, del olfato y del oído. Sentidos aunados y unidos en mostrarte la realidad. Su realidad. La que ellos perciben, la que tú percibes, pudiendo diferir de la auténtica a veces.
A veces, y a voces, hablaría con el viento en contra, que me traiga la voz de nuevo a mí, que me cuente lo que le grito, lo que le pido, para no caer en la locura de hablar con uno mismo sin intermediario ajeno alguno.
Y no lo hago, no. Y me importa no hacerlo, al igual que no me importaría hacerlo. No es miedo, es algo peor. Es miedo a tenerlo. El miedo, digo. Miedo a cambiar ser por estar. A dejar de ser y estar donde estoy, donde soy, por una nueva nube en la que volar. Un nuevo cielo desde el que saltar.
El miedo atemoriza a los valientes en la medida que los cobardes dejan de sentirlo por sentir. Y sin riesgo ni caución se intercambian papeles de un guión premeditado.
No sé, quizás me queje por quejarme. Por aparentar una meta superior a la que de momento he alcanzado. A lo mejor, o peor, sólo sea un niñato malcriado por la necesidad de tener, de querer, de ser y desear. Puede que incluso hable por hablar, como el que oye pero no escucha, ¿me explico? La multitud habla, y habla, y tú haces como que sí, que qué guay tu fin de semana en la sierra, pero... ¿qué ha sido eso? Y le prestas más atención al repicar de tacones en la esquina que a lo bonito que era poder ver las estrellas tirado en la tierra. Pues a mí me pasa igual, pero conmigo mismo. Me oigo quejarme de mi zona de confort, pero estoy tan agustito en ella que para qué echar cuentas, para qué echar a volar.
No sé, qué fácil es decir qué mierda es todo cuando no se duerme en el suelo.