martes, 25 de junio de 2013

Mi silencio

Como si de una Luna a escala se tratase,
he podido observar tus dos caras con un sencillo movimiento de muñeca.
Y si bellos cual Luna llena son tus ojos al reflejo de la luz,
igualmente fríos son tus cráteres escondidos al espacio.

Conozco tu silueta, la original, la verdadera, la que no muestras.
Tu verdadero ser tú.
Conozco tus verdades, y tus mentiras,
y la diferencia en tu voz entre ambas.
Tu verdadera voz.
Conozco cuando escribes de memoria, y cuando lo hace tu imaginación,
y la diferencia en detalles entre ambas.

Te conozco a ti,
y a ti cuando eres tú.

Así que permítele a este humilde servidor expresarse sin palabras.
Que no es el orgullo el que habla,
porque hace tiempo que no le dejo usar mi boca.

Y aplica la sabiduría popular de que a buen entendedor,
menos silencios bastan,
porque vale más un silencio que mil palabras.

Que no es la duda lo que ofende.
Que lo que ofende es el descaro.

lunes, 24 de junio de 2013

Aserrín, aserrán.

Comparten horizonte la Luna más grande del año con el diminutivo de un Sol naciente.
Un cielo azul oscuro y naranja, y todo el abanico que entre ellos cabe, iluminan mis ojos rojos al despertar.

Rojos como la espalda, el pecho y los brazos.
Ya es verano, se hace notar.

Rojos como sus finos labios.
Como los intentos fallidos.

"Seguirá siendo verano por un par de meses más", me consuelo.

Se ha acabado.
Lo sé.
Me lo dijo anoche Juanillo.
O tal vez fuera Juanilla.
No lo sé.

Es igual, es hora de cambiar.