jueves, 25 de abril de 2013

Selfish

Lo que no dices por no parecer egoísta a los demás.
Te convierte automáticamente en ello tras cuidar de no parecerlo,
en lugar de no serlo.

Lo que no vives por no hacer daño,
sin conocer lo que te infliges a ti mismo,
no te hace mejor persona, sino mejor carnaza.

Y qué lástima de no vida.

El dentífrico en su sitio, y aplicado desde el final.
Las zapatillas esperándote al borde de la cama,
y no al final.
La comida cuando tengas hambre, y no cuando los preceptos socioculturales lo hayan dictado.

Mi sitio, mi espacio, mi ambiente.
Mi lugar.

Los libros, como tu recuerdo, desparramados por la estantería.
La melancolía de ti, por ti, pero sin ti, como única compañía.

Soledad en el papel de mala compañera,
en el de inmejorable también.

Desvaríos sin sentido, ya ves,
atropellados unos con otros,
y aún cabe la posibilidad,
porque así lo sientas, porque así lo quieras,
tú, o más de un alguien,
que te leas entre líneas.

Ella no eres tú.
Ni siquiera ahora, por suerte para ti.
No sé quién eres. No sé quién es.
Ni sé si quiero saberlo.
Y esto, de veras, lo digo para,
y no por,
no ser egoísta.

domingo, 21 de abril de 2013

Lies

Quizás vaya siendo hora de revelar tu verdadera cara.
Tengo la sensación de conocer una máscara minuciosamente tallada.
Tallada a golpe de palabra. Real o falsa según la perspectiva.
Miedo me da ver el castillo sobre pilares de papel mojado.
Creo que optaré por la felicidad de la ignorancia.
Dedicaré mi tiempo a naufragar,
que se me acumula la tarea en la estantería
y una mezcla de indecisión,
saborear el momento o beberlo todo del tirón.

viernes, 12 de abril de 2013

Yo, mi me, conmigo.

Pálida tez que me obceca.

Dulces labios que me llaman.

Se cierra la mente. Obtusa mirada.

Tozudez invariable de un corazón impermeable.

Dedos aviesos de mano intranquila.

Una retirada a tiempo como victoria convertida en derrota.

El empeño a la soledad de un alma inquieta.

Yo, mi me, conmigo,
 y todas las razones que te quieras achacar.