jueves, 26 de abril de 2012

Salamanca

"Salamanca que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado."
Miguel de Cervantes Saavedra.

Salamanca, ciudad nombrada patrimonio de la humanidad allá por el año de nacimiento del célebre autor de este churro de blog, oséase, yo. Y no me extraña que así fuera, sus calles, su historia respirable, el dorado brillo de sus edificios, todo crea un ambiente digno de ser disfrutado. Sus dos catedrales, nueva y vieja (se lo curraron en el nombre), a cada cuál más impresionante, con sus cuanto menos inquietantes detalles.



¡Ale, a buscar la ranita
Universidad de Salamanca, ¿quién no ha escuchado hablar de ella? En ella se dieron grandes y mundialmente reconocidos hitos, tales como primera mujer universitaria y primera mujer profesora de universidad del mundo; los primeros preparativos del primer viaje de Cristóbal Colón y los años de estudio de otro conquistador del nuevo mundo como fue Hernán Cortés; estancia, y a la vez inspiración de Miguel de Cervantes y la creación de la primera gramática del que es nuestro idioma hoy en día, entre otras cosas. Innegable lo merecido que es su prestigio. Aunque no es necesario conocer todos estos datos para disfrutar de su grandeza, eso yo, que soy un vacilón (y sé leer en Wikipedia), basta con observar su magnitud y belleza arquitectónica para saberlo.


¿Y de mi viaje y el ambiente universitario que allí se vive qué os cuento? Pues nada, cotillas. Sólo os diré que volvería a estudiar otra carrera por tal de irme allí aunque fuera tan sólo un año. Lástima que el gobierno actual prefiera aplicar recortes económicos en el futuro español antes que despojar de sus lujos a un cada vez más rancio pasado (véase cacerías reales y riquezas eclesiásticas).

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