martes, 27 de marzo de 2012

Memories

Buenos días por la tarde, quisiera exponeros hoy un término que (creo) me inventé ayer, o más bien la definición, pues aún no estoy muy seguro de cómo nombrarlo. Viene a ser algo así como memoria constructiva, o quizás autoconstructiva, si tal palabreja existe no sólo en mi imaginación. Eso, eso es, imaginativa, memoria imaginativa (¡vaya mierda de nombre!).
Sucede cuando no recuerdas con total exactitud algo, sino que reconstruyes los hechos alojados en tu memoria ayudándote de tu imaginación para completarlos. "Recuerdo que ahí debería estar mi madre, al lado del frutero en casa de mi abuela, y ahí voy yo ¿en pañales?, chapurreando un ¡quero fuuutaa! para saciar mi hambre".
Es nuestro afán por agarrarnos a momentos pasados. "Aún sigo recordando aquél sueño con algunos amigos de párvulos, haciendo de las nuestras en el colegio por la tarde... ¿o creo recordar que lo soñé?".
No tienen por qué ser siempre buenos recuerdos. "Y de repente un tremendo dolor y calor, mucho calor, en la oreja izquie...¿o fue en la derecha?, total, menuda hostia me dió".
Pero cuando realmente es molesto, es cuando ocurre con los verdaderamente buenos momentos, ahí es cuando jode de verdad, en esos maravillosos instantes en los que por hache o por bé (nunca entenderé esta expresión, pero mola ponerla así, con todas las letras) tienes que acabar imaginándotelos. "Dame un beso..."
Lo peor es que te pase cinco minutos después de tal suceso, y te preguntes si eso que aparece en tu mente es un hecho real o fruto de tu imaginación, no saber si lo has soñado o no.
En fin, ahora espero que nadie me diga que nunca le ha ocurrido esto, o me cagaré patas abajo e iré derechito a hacerme pruebas al médico.

Por cierto, como algunos sabréis, esta semana santa estaré ocupado surcando las aguas del Mediterráneo, así que os aviso que dejaré una entrada en cola de publicación (si averiguo cómo hacerlo) para que se publique a mediados de semana (aún no he decidido cuándo). Os lo digo por aquellos que siempre accedéis aquí cuando copio la entrada por las redes sociales (admitirlo, si no fuera taaan pesao publicándolo en tuenti y/o facebook, ni os enterabais), para que estéis atentos al blog si queréis leerla, o para que os suscribáis de una vez, que será más fácil (para vosotros, a mí me da igual...de hecho si lo hacéis de la primera forma me estaréis haciendo visitas tontas).

Un abrazo a todos, y gracias a los/as cotillos/as que me estáis leyendo tanto ultimamente (casi a diario) pese a que no actualizo tan a menudo.

jueves, 22 de marzo de 2012

Escalar hasta el pico más alto del cielo de tu boca y 
despeñarme después por tus ojos.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Azul pronunciado

Hoy he rebuscado entre tus pañuelos de lágrimas.
Que nadie se entere.
Lloraste, lloraste mucho.
Nunca te entenderé, ni lo llegué a hacer nunca.
Quizás ni siquiera lo intenté.
Pero persiste en mí la sensación, pensamiento, hecho o idea,
llámalo como quieras,
de que la expresión gilipollas se quedaba corta a tu lado.
Y más gilipollas soy yo,
que no he tenido suficiente con tus delirios,
que he ido directo a buscar los míos.
Antaño eran tus ojos, ahora...
ahora sigo buscando otros que los sustituyan.

domingo, 4 de marzo de 2012

Lubię piwa

A este paso, llegará pronto la mañana en la que intente vocabulizar algo coherente entre tropiezos y tropezones sólo por decir lo bella que estás aún sin verte.
Defectos secundarios provocados por esta estúpida felicidad que da un poco de zumo de cebada fermentada.
Efectos primarios provocados por esa estúpida felicidad que da saberse correspondiendo lo impensado.
Que no hay más que por menos venga, y en tu caso es más bien al contrario.
Miradas perdidas en el fondo del hastío de conocer lo que no te dejan saber.
Besos de un futuro recordados en todas las noches de cualquier ayer.
Tus ojos y la luna, y el común denominador de no poder alcanzarlos.
Tus labios, Sol y fuego. Quién tuviera el placer de...
observarlos.
Bailan las letras al son del último latido que me corresponde.
Y este temblor que me cala los huesos cuál frío de noche húmeda. Tanto como tú cuando te recuerdo en aquel instante.
Qué gracia. Qué dura es la piel y cuán blando es el fruto.
Con un sólo bocado y estaré perdido.

¿Y qué más da?
No habrá nada nuevo que no haya vivido.
O sí...

sábado, 3 de marzo de 2012

Secretos de media noche

A pesar de todo, me empiezan a gustar tus efectos,
y defectos.
Y lo digo así,
a oscuras,
para evitar indiscretas miradas que te lo quieran contar.